sábado, 17 de junio de 2017

Tutoría Académica

  

   Definición de tutoría académica:


Para poder entender a la perfección el significado del término tutoría que ahora nos ocupa es importante que establezcamos en primer lugar lo que es el origen etimológico del mismo. Así, en este sentido, hay que subrayar que dicha palabra procede del latín y está conformada por la suma de tres núcleos claramente delimitados: tueri que es sinónimo de “proteger” o “velar”, tor que puede definirse como “agente”, y finalmente el sufijo –ia que es equivalente a “cualidad”.

¿Para qué sirve la tutoría académica?

La Tutoría Académica está orientada a revitalizar la práctica de la docencia, brindando a los estudiantes atención personalizada o grupal durante su proceso formativo, con el propósito de detectar de manera oportuna y clara los factores de riesgo que pueden afectar el desempeño académico de los estudiantes.
La actividad tutorial contempla la realización de actividades planificadas y responsables que en suma busquen:
·         Mejorar el proceso de aprendizaje, generando actitudes de conocimiento crítico y participativo.
·         Trabajar el proceso de crecimiento personal del alumnado, sin dejar de lado las problemáticas y experiencias particulares.
·         Analizar el ámbito contextual, laboral y profesional, favoreciendo una construcción como sujetos activos de la sociedad.

Perfil de un tutor

Todo profesor es por naturaleza orientador, pero no todo profesor reúne las características que lo lleven al ejercicio de la tutoría. Se requiere un perfil especial que combine varios requisitos: entre los más importantes están:

1.     Disponer de tiempo para realizar su función. La tutoría demanda muchas veces más horas que las que obliga la jornada laboral, o cumplir esta en un horario extra. El profesor que asuma el cargo de tutor debe ser consciente de la responsabilidad que asume.

2.     Aceptación voluntaria del cargo. El ejercicio de la función de tutor no puede ser impuesto. Nadie hace las cosas bien cuando es obligado; lo terminará haciendo a desgano, lo que se reflejará en el impacto que puede tener el servicio en apoyo de sus estudiantes.

3.     Coherencia personal. La tarea de orientación se asocia fuertemente a la trasmisión de valores, pautas de conducta, respeto de los demás. Para que el tutor pueda trasmitir estas actitudes tiene que pregonar con el ejemplo.
4.     Carisma. El tutor debe trasmitir confianza; su modo de actuar debe facilitar el establecimiento de relaciones cordiales y fluidas. Por tanto, no debe ser ni “el malo de la película”, el excesivamente riguroso y a quien todos le temen; pero tampoco aquel que su carácter permite que los estudiantes se excedan llegando incluso a muestras de falta de respeto.  

5.     Capacidad de comunicación. La predisposición al diálogo, a establecer vínculos, a inducir a la conversación de aquellos estudiantes que son tímidos o desconfiados debe ser una cualidad de todo tutor. No hay posibilidad de ayudar a un estudiante con problemas sin comunicación. Además, la motivación del alumno la logra el tutor esencialmente a partir de tres condiciones: identificar qué es lo que el alumno hace mejor, saber qué es lo que más le gusta y saber quiénes son sus amigos. Nuevamente, ayudarlo a descubrir esas cualidades se logra a través de la comunicación.

6.     Intuición psicológica. El profesor no es psicólogo, pero la prevención, el anticiparse, el ir descubriendo cuándo un estudiante está atravesando por un problema es parte de la habilidad que todo tutor debe de poseer. La observación permanente de las conductas y desempeños de cada uno de los estudiantes es una valiosa ayuda en este objetivo.

 7.     Saber escuchar. Otra cualidad fundamental es la capacidad para ser receptivo y ponerse en el lugar del estudiante frente a una situación difícil . Ciertamente que no se trata de ocultar actos de indisciplina o dejadez del estudiante, pues son conductas que deben ser corregidas. La referencia va a que se dan situaciones en las que el bajo rendimiento, la desatención, el poco interés por estudiar puede deberse a problemas serios que enfrenta en su hogar o en las propias relaciones con sus compañeros al interior del colegio.

 8.     Confidencialidad. La simple capacidad de establecer una conversación con el
estudiante no basta. La seriedad en el establecimiento de relaciones es clave. Esa seriedad debe expresarse en la reserva de información de aquello que el estudiante le va contando al profesor. Si un alumno se entera que una situación muy personal es contada por su tutor a otra u otras personas, se habrá perdido la confianza y se dejará de creer en el tutor. Cuando se produzca un hecho que el psicólogo o una autoridad superior de la institución educativa debe conocerlo, entonces el tutor lo conversará previamente con el estudiante y le hará comprender que la información entregada a un tercero únicamente tiene el propósito de ayudarlo a superar un problema.

9.     Trabajo a tiempo completo. Una jornada laboral a jornada completa es no solo deseable sino indispensable para el ejercicio de la función de tutor. El tutor tiene que vivir plenamente el clima de trabajo del estudiante y del colegio en general; conocer las limitaciones de este clima, colaborar con la dirección de la institución a tratar de superarlos. Además, un trabajo a jornada completa tiene una ventaja: facilita compartir experiencias de ejercicio de la función con otros tutores. Hay problemas que pueden resultar comunes y entre tutores pueden ayudarse y recomendar medidas de trabajo a otros profesores y a la dirección del colegio. Por otro lado el intercambio de experiencias es una actividad pedagógica muy enriquecedora.

10.  Predisposición a seguir aprendiendo, capacitarse. Las mutaciones sociales, la revolución tecnológica, la globalización son, entre otras, variables que influyen en el enfrentamiento de nuevas conductas y riesgos sociales. Así como las normas de convivencia tienen que actualizarse periódicamente, también deben hacerlo las estrategias de trabajo de los tutores. Una forma de hacerlo es proveyéndolos de capacitación, materiales autoinstructivos y fomentando en intercambio de ideas sobre temas que incumben a la formación integral del estudiante.

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